El rol de la prótesis peneana en la salud sexual masculina

30/01/24

Prótesis de pene: la última de las opciones y la primera de las elecciones en pacientes con disfunción eréctil

Hoy, la Revista de la Asociación Española de Enfermería en Urología (nº142, enero 2024) publica un artículo escrito por profesionales del Departamento de Enfermería de la Fundació Puigvert y del Consorci Sanitari Integral, en el que explica cómo la implicación de los pacientes en su propio tratamiento, mejora los resultados del implante de una prótesis de pene, aplicada cuando el tejido peneano ha perdido su funcionalidad y los tratamientos no quirúrgicos han fallado.

Los qués y los porqués de las disfunciones eréctiles

Cuando hablamos de salud sexual masculina, la disfunción eréctil suele surgir como uno de los principales factores que afectan tanto al estado de salud general, como al nivel de satisfacción o insatisfacción personal. Esta disfunción solamente se considera como tal cuando la incapacidad de conseguir o mantener una erección peneana es recurrente o permanente, y no permite desarrollar relaciones sexuales satisfactorias. 

Además, se considera una patología que puede tener causas fisiológicas, psicológicas y, con frecuencia, una combinación de ambas, por lo que un buen diagnóstico debe tenerlas todas en cuenta para dar con un tratamiento adecuado. Por ejemplo, puede darse casos en los que el factor psicológico es el que gobierna la respuesta peneana, mientras que en otros casos se trata de la manifestación de un problema de salud cardiovascular. 

Debido a la variedad de factores de riesgo, la disfunción eréctil impacta de manera distinta en diferentes culturas y regiones geográficas. Se estima que en España, aproximadamente afecta a una 1/5 parte de los hombres entre 25 y 75 años, es decir, a unos 2 millones de hombres*. Aunque la mitad de ellos tendrían más de 60 años, tanto el incremento de la esperanza y de calidad de vida a edades avanzadas, como los cambios culturales y de mentalidad respecto a la sexualidad, producen un cambio de actitud respecto a la disfunción eréctil por causa de la edad.

A parte de un desequilibrio hormonal, causa psicológica (incluyendo el estrés y la ansiedad) y lesión nerviosa, el motivo principal de la disfunción eréctil es la dificultad de la sangre para llegar al tejido cavernoso del pene y provocar su erección por acumulación de la sangre. Con la edad, las paredes de las arterias que transportan la sangre se vuelven más rígidas y pierden capacidad para producir esta respuesta. 

Si además se le suman otros factores de riesgo como la obesidad, la hipertensión, diabetes mellitus y problemas cardiovasculares, la respuesta del pene a un estímulo sexual se reduce aún más. 

A pesar de ello, algunas veces basta con tratar la causa psico-emocional y/o administrar un tratamiento con fármacos que ayudan a la relajación de la musculatura lisa del pene ante un estímulo sexual favoreciendo la erección (vídeo 1). Cuando este primer enfoque de la situación no da resultados, existen otras soluciones, desde la inyección de un fármaco directamente en el pene (vídeo 2) hasta generar el vacío para llenar los cuerpos cavernosos y mantener la erección mediante un anillo en la base (vídeo 3). Cada uno conlleva sus posibles riesgos y eficacia en la práctica, dependiendo de cada caso.

*Según datos del estudio EDEM (Epidemiología de la Disfunción Eréctil Masculina)

¿Quién puede ser candidato a una prótesis peneana?

En primer lugar, se trata de una decisión personal, e incluso de pareja, ya que es un elemento que va a influir en el modo en que se desarrollen las relaciones sexuales y requiere un tiempo de adaptación y de reaprender la sexualidad (cosa que también sucede cuando hay una pérdida de capacidad de experimentar erecciones o cualquier cambio fisiológico, psicológico o patología que pueda tener un impacto en las relaciones sexuales). 

Normalmente, se prueban antes los tratamientos llamados de primera y segunda línea (como la medicación o el mecanismo del vacío) y, cuando estos no funcionan, entonces se recurre al implante de prótesis de pene. En este sentido, alrededor de un 15% de hombres con disfunción eréctil en España no responden a los tratamientos farmacológicos ni a las inyecciones intracavernosas. Además, hay casos en los que existen contraindicaciones de algunos de los fármacos para la disfunción eréctil en pacientes que padecen determinadas enfermedades cardiovasculares, por ejemplo. 

En ambas situaciones, muchos se plantearán la opción de la prótesis, ya que, a pesar de requerir cirugía, es una de las soluciones más eficaces y con mayor índice de satisfacción. Las prótesis han evolucionado mucho y existen modelos que permiten resolver la mayoría de complicaciones clínicas, de forma que la mejora de la técnica y de los implantes ha hecho que la satisfacción de los pacientes esté por encima del 90%.

Actualmente, además, la Sociedad Europea de Urologia (EAU) recomienda tener en cuenta las preferencias del propio paciente después de haber recibido la debida información sobre los tratamientos posibles, dándole así la oportunidad de elegir la prótesis como primera opción.

¿Qué papel tienen la enfermería andrológica… y el paciente?

Incluso una vez se ha optado por la solución del implante para tratar la disfunción eréctil, se ha demostrado que la implicación del propio paciente en su preparación para el tratamiento mejora los resultados quirúrgicos. Esto es así porque, con el paso de los años, la propia disfunción eréctil provoca que los tejidos se retraigan y se vuelvan menos distensibles (pierden elasticidad), dificultando la recuperación después de una cirugía de implantación de prótesis de pene y limitando sus resultados.

El estudio publicado en ENFURO por nuestro equipo de Enfermería demuestra, en cambio, que el uso regular por parte del paciente de un dispositivo de vacío (VED) antes de la implantación de una prótesis peneana juega un rol crucial en la prevención de la involución del pene después de la intervención, e incluso facilita la cirugía del implante minimizando complicaciones.

Según Gabi Adalid, Enfermero de Práctica Avanzada (EPA) en el Servicio de Andrología de la Fundació Puigvert, y primer autor del artículo:

“Es vital que el paciente reciba una formación adecuada sobre cómo utilizar el dispositivo de vacío y que haya un seguimiento constante por parte del equipo de enfermería. Esto asegura una mejor adherencia al tratamiento y minimiza los riesgos de uso incorrecto del dispositivo, lo que a su vez puede reducir las complicaciones, acortar el tiempo de recuperación y mejorar la satisfacción general del paciente.”

Gabi Adalid

Así pues, incluso en el tratamiento quirúrgico de la disfunción eréctil, no solo el/la especialista en Andrología (salud sexual y reproductiva masculina) que valora el caso del paciente y lleva a cabo la intervención es quien determina el cambio en la vida sexual del paciente. Sino que la preparación por parte de la enfermería especializada, incorporando al paciente en el proceso, logra mejorar el resultado objetivo del tratamiento al mismo tiempo que favorece la comprensión y las expectativas reales del paciente.

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