Incontinencia urinaria, la tercera enfermedad crónica que más afecta a la calidad de vida
- La incontinencia urinaria afecta a 6 millones de personas en España [1] y es la tercera enfermedad crónica que mayor pérdida de calidad de vida provoca, tan solo por detrás de las patologías mentales y los problemas cardiovasculares graves
- La Fundació Puigvert realiza todos los tratamientos respaldados por la literatura científica tanto en mujeres como en hombres, y ha realizado más de 5.000 cirugías por IU en los últimos años
- A pesar de los estigmas sociales, la incontinencia urinaria es un problema presente en todos los grupos de edad, con variedad en la tipología, naturaleza y gravedad de los síntomas
Barcelona, 14 de marzo de 2022.- La incontinencia urinaria (IU) es la pérdida involuntaria de orina y constituye un problema médico y social importante, ya que es la tercera enfermedad que mayor pérdida de calidad de vida provoca, tan solo por detrás de las patologías mentales y los problemas cardiovasculares graves. Hoy, en el Día Mundial de la Incontinencia Urinaria, la Fundació Puigvert se adhiere a su propósito de no normalizarla, sino estudiarla y tratarla, y recuerda que esta es una patología que, en la mayoría de los casos, tiene solución.
Según una revisión sistemática realizada por el Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI), la incontinencia afecta a 6 millones de personas en España. Esta prevalencia varía en función de la edad y el sexo, aumentando con la edad y siendo más frecuente en la mujer (24%) que en hombres (15,8%), porcentajes que aumentan hasta el 80% en personas mayores de 85 años. “A pesar de afectar a un gran número de personas, la incontinencia es una patología infradiagnosticada. Las personas afectadas no buscan ayuda profesional, porque piensan que ‘tener pérdidas a cierta edad es normal’, o les da vergüenza hablar de ello”, explica el Dr. Carlos Errando, Jefe de la Unidad de Urología Funcional y Femenina de la Fundació Puigvert.
Existen cinco tipos de incontinencia urinaria. Las más conocidas son la incontinencia de esfuerzo (cuando los escapes se producen al reír, toser, estornudar o hacer ejercicio, entre otros), de urgencia (cuando la necesidad de ir al baño es tan intensa que no permite llegar a tiempo), o la mixta, una combinación de las dos anteriores. Pero también existen la incontinencia por rebosamiento, consecuencia de la obstrucción urinaria, y la fístula, causada por un orificio en la vejiga de la orina que comunica con la vagina.
La diferencia entre estos tipos requiere un diagnóstico cuidadoso para poder seleccionar el tratamiento más adecuado para cada paciente. La Fundació Puigvert realiza todos los tratamientos respaldados por la literatura científica, tanto en mujeres como en hombres, y ha realizado más de 5.000 cirugías por IU en los últimos años.
La incontinencia urinaria, sea el tipo que sea, provoca múltiples efectos en la calidad de vida de las personas afectadas. “Lo más común es que afecte a la calidad del sueño, porque se tienen que levantar a orinar durante la noche, pero también puede interferir en la vida sexual e, incluso, en el desempeño del trabajo, sobre todo en aquellos empleos que requieren algún tipo de esfuerzo físico. Además, no podemos perder de vista el efecto que tiene sobre la autoestima de estas personas”, explica el Dr. Carlos Errando.
Incontinencia urinaria masculina
Uno de cada cuatro hombres mayor de 40 años sufre pérdidas de orina [2], sin embargo, más de la mitad de ellos omite esta consulta cuando va al especialista. “Es importante consultar a un o una uróloga para poder realizar un diagnóstico precoz y seleccionar el mejor tratamiento para él. En la Fundació Puigvert, por ejemplo, realizamos cinco tipos diferentes de cirugía para este problema. Muchos hombres, por ejemplo, desconocen de la existencia de absorbentes masculinos y, en su lugar, algunos recurren a compresas femeninas, papel higiénico o incluso el doble calzoncillo”, apunta el Dr. Carlos Errando.
La incontinencia más frecuente entre los hombres es la llamada ‘vejiga hiperactiva’, producida por un mal control neurológico del vaciado de la vejiga. Sin embargo, es la una patología que tiene solución, ya sea mediante fármacos o cirugías poco invasivas.
[1] Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI)
[2] TENA Men