El fósforo participa en la división celular y por tanto en el crecimiento. Interviene en la formación, mantenimiento y desarrollo de los huesos, la secreción de leche materna, la formación de los tejidos musculares y el metabolismo celular.
En las últimas fases de la Enfermedad Renal, el riñón ya no es capaz de eliminarlo, por tanto se acumula en sangre, provocando que los huesos se descalcifiquen, debilitándolos y aumentando el riesgo de sufrir fracturas, también puede provocar síntomas como picor generalizado y dolor óseo.
El fósforo se encuentra en muchos alimentos, especialmente en las proteínas, por tanto no es posible eliminarlo de la dieta ya que éstas son necesarias para evitar la desnutrición, pero sí es posible limitar o reducir su consumo.
Los alimentos más ricos en Fósforo son:
- Pescados azules, especialmente los de pequeño tamaño que se comen con piel y espinas
- Bacalao seco y atún en lata


- Productos lácteos (leche, yogurt, quesos, sobre todo especialmente los curados)
- Panes y cereales integrales

- Yema de huevo Frutos secos
Legumbres